Ser delincuente no depende
de lo que se piense sino de lo que marque la ley. Si ser anarquista es un delito
pues somos delincuentes.
“Si ladran es que
Cabalgamos.”

La impuesta paz social de los votos, de las patrias, no puede
permitir que el sector más inteligente y astuto de las clases populares continúe
la lucha de manera autónoma, utilizando la táctica terrorista de pensar, de recuperar
el tiempo desvalijado por el salario, de reconquistar lo cotidiano robado por la
crisis, de reocupar los espacios colonizados por el urbanismo y el abandono, de
reescribir las palabras secuestradas por las ideologías del Estado.
Mientras marean la perdiz imponiéndonos leyes cada vez más
reaccionarias, procesos constituyentes cada vez menos claros, el movimiento
anarquista se dedica al más astuto terrorismo de escribir, pensar,
comunicarse…
Su
astuta práctica terrorista de no actuar de forma terrorista es evidencia
suficiente de que la libertad es el crimen a
perseguir.
En cambio, los amantes de la paz impuesta condenan a la mayoría a bajos salarios, a aplaudir con las orejas la corrupción, a morir bajo custodia
de sus policías-carceleros, a perder la casa y la estabilidad familiar, a parir
obligatoriamente, a estar con la pata quebrada según su género…
Los anti-terroristas llenan las cárceles de gentes que luchan
contra la opresión o por la supervivencia…
Los antiterroristas sobrevuelan nuestra ciudad con sus helicópteros,
mientras la astucia anarquista lucha amistosamente para que vuelva el cielo de
antaño, repleto de aves migratorias y aire limpio.
Astutos estos terroristas, con su campaña revolucionaria de cultura
frente porras.
Libertad a las gentes del pueblo detenidas por defender su
dignidad.
Bio-lentos Poesía al rescate